Ayer, 8 de febrero, mi padre hubiese cumplido 78 años.
Sin duda este post tendria que haber sido escrito... ayer. Pero, hay cosas que me superan.
Ojo, no soy de aquellas personas que viven llorando en los rincones, sino mas bien todo lo contrario. Es mas, soy de aquellos que creen fervientemente en una vida posterior a esta "de transito" que llevamos en este mundo, y estoy seguro que cuando llegue la hora de la partida esta no sera mas que un reencuentro con aquellos que me precedieron a la casa del Padre.
Pero uno no pierde esos rasgos que lo caracterizan como ser humano, y por eso una siente una especie de melancolia cuando llegan fechas determinadas.
Mi viejo se fue en agosto de 1994, con la felicidad de haber visto crecer a sus hijos y nietos. Tal vez, sin haber podido disfrutarlos mucho, al menos lo que uno hubiera querido. Pero estoy seguro que vivio intensa y generosamente cada instante que paso con sus nietas (mis hijas), y su nieto (mi sobrino).
Tambien se, y estoy convencido de ello, que hubiese disfrutado mas aun a su bisnieta Valentina.
Y porque no, se que me hubiese pegado una linda patada en el traste por alguna estupidez mia ante la noticia de aquel embarazo de Clara (del cual nacio Valentina).
Mi viejo no fue perfecto. Nadie lo es.
Pero absolutamente todo lo que nos enseño, y lo que nos dio como padre, nos preparo para la vida de adulto y para las responsabilidades.
Se que en sus ultimos meses se habia comenzado a preguntar acerca de sus ideas sobre ciertas cosas, y eso lo enaltece. Porque si bien uno siempre tuvo alguna "discusion" con el sobre algun tema, siempre supo que en el fondo habia mas coincidencias que diferencias.
Eso si... jamas pudo corregir su error mas grande: ser hincha de Boca.
Por eso, viejito querido, un dia despues porque ayer me hubiera sido imposible: Feliz Cumpleaños... te quiere y te extraña, tu hijo mayor.
Countdown
sábado, febrero 09, 2008
Un dia despues...
Etiquetas:
cumpleaños,
juan manuel
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2 comentarios:
A juzgar por la foto, veo que hay muchos parecidos entre tu viejo y el mío, Mike.
Un abrazo.
Jaja... porque sera que pareciera que nuestros viejos tenian menos "temor" al ridiculo que nosotros...
Recien en los ultimos años he podido dejar ese prurito de lado.
Sobretodo en las Navidades o fiestas de reunion familiar, cuando mis parientes politicos sacan a relucir cajas de disfraces y esas cosas que yo JAMAS me hubiese puesto y ahora ya no me importa tanto.
En cambio a mis hijas les cuesta... aunque menos que lo que me costaba a mi.
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