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viernes, junio 10, 2011

Mascotas de la vida

Hace poco mi hermano Gustavo subió algunas fotos de las mascotas que compartieron sus días durante su adolescencia y en los últimos tiempos.
Junto con esas fotos relató también algunas de sus vivencias y dedicó algunos renglones de más a nuestro perro Nippur.
Antes de copiar esas palabras, con su obvio permiso, quiero "hablar" yo de Nippur.
Allá por los early 70's se nos ocurrió que finalmente teníamos que tener un perro en casa. Pero uno elegido por nosotros, mas precisamente mi hermana Cristina y yo. Habíamos tenido uno que había sido un regalo de un conocido, pero no terminó de congeniar con nosotros y finalmente fue a parar al campo de otro conocido.
Pero este perro tenía que ser especial.
Preferentemente de esos que "no crezcan mucho", nos dijeron. Y fuimos a la veterinaria a ver que había en oferta... y ahí lo vimos. "Un pomerania", nos dijeron. Como no había internet en esos años, no pudimos googlearlo pero sabíamos que era un perro de compañía de tamaño regular, tirando a chicuelo. Así que Nippur terminó siendo parte de la familia. El nombre fue instantáneo, ya que en casa eramos fanáticos de las historietas de Columba y Nippur de Lagash era uno de nuestros personajes preferidos.
Bueno, el "pomerania" terminó siendo cruza con ovejero o alguna bestia así, porque el guacho creció demasiado. Pero era el "elegido". Fue el perro que acompañó mi adolescencia y con el que no pude compartir mi juventud pues me fui a vivir a Baires y no eran muy frecuentes mis viajes a Pehuajó.
Pero cada vez que llegaba, ahí estaba el gran Nippur dispuesto a recibir el cariño que se merecía.
Copio a continuación las palabras de Gustavo, quién más lo disfrutó y hago mías también algunas vivencias, sobretodo las del fútbol, que aunque fueron pocas, fueron tal cual las cuenta Gustavo.

Nippur y su pose característica

"Nippur. Mi perro de la infancia.
Compañero de todos mis momentos de pibe.
Había inventado una forma de jugar al fútbol con él: él jugaba mordiendo su pelota favorita y yo con una de tenis. Yo usaba su cucha de único arco y para él, hacer gol, era cuando atrapaba e inmovilizaba la pelotita de tenis.
¡No le gané nunca! No alcanzaban penales simulados, fuera del área, foules sin que vea el árbitro (yo). Me ganó siempre.
Además al quía le contaba todo y se fue con más de un secreto...
La última incluye a otro grosso, Manolo, el tortugo que llegó a casa siendo Manuelita, como todos, hasta que un veterinario te la arruina diciendo que era macho.
De él no tengo fotos pero si una historia espectacular de las últimas horas de Nippur, ya muy enfermo, en casa.
Lo historia de ellos era un permanente acoso del tortugo, mordiéndole las patas, o algo así, al punto que Nippur cada vez que lo veía venir empezaba a guitarrear con la patita de los nervios y a dos centímetros se levantaba y se iba.
El último día, ocurrió lo mismo de todos, pero como ya no podía levantarse no le quedó otra que dejar que Manolo se acercara.
Las últimas horas de Nippur fueron una siestaza de él con la cabeza apoyada arriba de su amigo, Manolo, despidiéndose."

Y aca entra Manolo, el cual aún vive aunque no en casa si no en el jardín que tengo en mi oficina. Allí comparte sus días con tres congéneres mas, aunque ando con ganas de repatriarlo.
Manolo tenía esa costumbre de jugar a los mordiscones con las mascotas de casa, así como lo hizo con Nippur... pero eso, lo dejo para un próximo post.

Termino este post con algo que mi hermano escribió (y creo que hasta musicalizó) cuando Nippur se fué, partida que a la distancia (yo vivía en Baires) también sentí...

Dice Gus: "...publico esta letra, de hace como veinte años, que cuenta la historia. Sepan disculpar. Es como las canciones de ahora, que tienen letra y no poesía como antes...
Vengo a despedirte,
amigo del alma,
quiero que mi cuerpo
te sirva de almohada;
dormite en mi espalda
que es dura y aguanta,
que pienso en perderte
y mi angustia la ablanda...

Esta tarde estaremos unidos
recordando el pasado en silencio
y una lágrima herida
será una canción al caer
de mis ojos al suelo
y en tu mundo, sonará...

Dejaré de dormir en invierno
para cuidar tus tesoros secretos
y si el sueño me vence,
espero tener un lugar
en tu cielo de perros
y volvernos a encontrar."

6 comentarios:

Gabriel dijo...

Qué hermoso recuerdo, Mike! Me hiciste acordar de tantas mascotas que tuve y extraño...

Gabriel dijo...

Tu hermano tiene blog?

Mike dijo...

Gracias, Gabriel.
Otro dia subo un par mas.
Gustavo no tiene blog, que yo sepa. Eso lo subio en su perfil de Face

Gustavo dijo...

buenísimo, Miguel.
Que grosso el Nippu.
Gabriel, no tengo blog, todavía...
Pero uso mucho el féisbuc.
Si querés, te agrego: http://www.facebook.com/gustavojhernandez

Katie dijo...

No hay mejor compañía que una mascota. Qué lindo el recuerdo de Nippur, Mike!

Edgar dijo...

Ah! Nuestros compañeros y amigos los perros ... siempre los recuerdo ...

Y el relato, la foto y el pose de Nippur ... que bueno, que lindo.

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