En la mañana de un cinco de marzo, hace veinte años, venia caminando con mi señora, llevando en el cochecito a Clara, que ya estaba cerca de los 2 años, por la vereda de Moldes al 1900, en el barrio de Belgrano donde yo residia.
Al pasar por un negocio vimos que la gente estaba un poco alborotada. Y escuchamos al pasar: "Se mato Alberto Olmedo".
La reaccion fue instantanea. Tanto mi señora, como yo, quedamos petrificados.
La cara de la gente era el fiel reflejo de lo que la noticia habia provocado.
Sorpresa. Incredulidad. Desconfianza. Pero, por sobre todo, una gran tristeza.
Con el correr de las horas, pegado al televisor, esas caras que vi por la mañana, caminando por mi ex-barrio fueron el comun denominador. Tristeza.
Porque? Porque esa reaccion en comun de la gran mayoria de la gente, por no decir casi toda?
Sin ir mas lejos, era un episodio mas de muchos lamentables que uno lee en los diarios o ve en las noticias... pero no, era Alberto Olmedo. Era el comico mas grande de la Argentina.
Era aquel que nos hacia reir desde hacia decadas. Aquel que siempre nos arrancaba una sonrisa.
Era Piluso, mi compañero de la infancia, el que tomaba la leche conmigo mientras tenia aventuras disparatadas con su amigo Coquito.
Y si. Era todo eso. Pero tambien, era un ser humano con los problemas de cualquier otro.
Se fue Piluso, se fue Rucucu, se fue el Manosanta... se fue Olmedo.
Y dejo, en el mundo del humor, un vacio grande al cual hasta ahora nadie ha podido ni siquiera arrimarle un poco de tierra para intentar taparlo.
Quienes disfrutamos de su compañia, televisor mediante, podemos seguir riendonos gracias a los videos que se siguen pasando. La tecnologia asi lo permite.
Pero siempre, cuando termina el programa, decimos lo mismo:
"Que grande el negro. Que lastima que se nos fue."
Countdown
miércoles, marzo 05, 2008
20 años no es nada...
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