Countdown

lunes, mayo 26, 2008

El tiempo dira...

Esto lo escribí hace tiempo... esas cosas que hace uno cuando no tiene nada que hacer. Y siempre elige hacer lo que menos sabe...

Aclaración, para evitar conjeturas... esto es obra de la casualidad, cualquier asociación con hechos reales es pura, purísima, casualidad.
La verdad es que vi ese título en algún lado y salió esto:

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- Así!!!! Así!!!!! Así se patea un penal!!!!! Gooooooollll !!!!!!!!

Desaforadamente gritaba en la platea, mientras agitaba la bandera que llevaba en sus manos.

Acercó sus labios al trapo y lo besó...

Como cada vez que cumplía con ese ritual, sus ojos se llenaron de lágrimas.

Los que estaban a su lado lo miraban de reojo...

“No puede ser que por un simple gol se emocione tanto... Ni que fuera la final del mundial...” , pensaban.

Pero a él no le importaba.
Seguía aferrado al trapo como si fuera parte de su vida.

Y en realidad, lo era...

Era el único recuerdo que le quedaba de una época feliz.
Era el único recuerdo que le quedaba de ella.

El trapo, ya desteñido y arrugado, no conservaba su aroma, pero aún mantenía su esencia.

Lo volvió a apretar contra su pecho y suspiró con tristeza...

Donde estaría?
Que sería de su vida?
Porque se marcho así?
Porque lo dejó sumergido en esta tristeza de tener que recordarla día a día?

Una lágrima se deslizó por su cara y cayó sobre la tela de la bandera... Una más de tantas que había derramado durante todos estos años...

Su mente tenía grabados aún aquellos momentos mágicos, de charlas interminables, de manos aferradas, de silencios cómplices, de besos apasionados, de abrazos cálidos...

Su cuerpo extrañaba su cercanía y su calor...

Sus ojos añoraban su rostro...

No supo más de ella.
Solamente le quedó aquel adiós dicho de prisa, como queriéndose escapar.

El no supo como reaccionar...
Sólo atinó a preguntar: “Porqué?”
Ella le respondió: “Es mejor así...”

El le dijo, entre lágrimas: “Te amo...”
Ella le respondió: “Yo no...”
El le suplicó: “Te necesito...”
Ella solamente bajó su mirada... y comenzó a alejarse...

El le gritó: “Y ahora? Como voy a hacer para vivir sin vos?...”
Ella giró su rostro, lo miró con los ojos nublados, y le dijo: “El tiempo dirá...”

Y ahí se quedó... parado, mirando como ella se alejaba... para siempre...

Llegó a su casa...
Fue hasta su escritorio y encontró todas esas cosas que le recordaban a ella.
Fotos, cartas, regalos...hasta un papel rosa que decía simplemente: “Te quiero mucho...”
Tomó todas esas cosas y las arrojó a la basura.
Estaba enloquecido.

Se dejó caer en el sillón y tomando su cabeza entre sus manos, lloró desconsoladamente...
Todo había terminado...

Se quedó dormido.

Al otro día, medio adolorido por la incómoda posición en la que pasó la noche, fue hasta su habitación, abrió el placard y la vio...
Allí, prolijamente colgada en una percha, estaba la bandera de su equipo favorito.
Esa bandera que ella le regaló una tarde antes de acompañarlo a la cancha.

La tomó furiosamente, la arrojó contra el suelo, la pisoteó, la pateó y pensó en destrozarla, tal como ella había destrozado su corazón.
Pero no pudo.
Cayó de rodillas y tomó con suavidad aquel trapo.
Se cubrió la cara con él y lo mojó con sus lágrimas.
En sus oídos resonaba aquella frase: “El tiempo dirá...”

Y el tiempo pasó...
Su vida se desarrolló normalmente.
Su trabajo, sus amigos, sus nuevos amores...
Todos parecían querer arrancar de su corazón aquella que no fue.

Pero cada vez que regresaba a su casa y abría aquel placard su recuerdo regresaba y se quedaba con él.

Siempre se quedó esperando, aún cuando ya no tenía ninguna esperanza de volver a verla.
Siguió llevando esa bandera a la cancha y aferrándola como si fuera un ser querido.

Una tarde, al regresar de su trabajo, encontró en el piso una carta.
Su corazón se sobresaltó.
Conocía esa letra...

Con cierta ansiedad abrió la carta.

“Mi querido y nunca olvidado Juan: Te sorprenderás de recibir esta carta, tal vez del mismo modo que yo me sorprendo escribiéndotela. Después de tanto tiempo sin noticias mías pensarás: “que locura le agarró?”.
“Simplemente me atacó la locura de la soledad. Los años han pasado también para mí y creo que ya es hora de arreglar ciertos asuntos que me quedaron pendientes...”
“Solamente quiero decirte que te mentí... Sí, ya sé, vas a decir que eso no es noticia... Pero, no, te mentí cuando me alejé de vos y te dije que no te amaba...”
“Estaba confundida, me sentía ahogada, necesitaba un tiempo de soledad y reflexión... pero ese tiempo se prolongó demasiado...”
“Muchas veces quise regresar a tu lado pero no me animé... pensé que me odiarías... y me dejé estar...”
“Hasta hoy...”
“Hasta que te vi...”
“Sí, te vi en la cancha... Sabía que podría encontrarte ahí y no me equivoqué... No me atreví a acercarme, pues, como te dije, pensé que me rechazarías...”
“Entonces vi tus manos y descubrí esa bandera... Vi como te la llevabas a los labios y como la besabas... Y recordé tus besos y tus manos... Quise acercarme, pero la gente me lo impidió...
Entonces me decidí escribirte esta carta... Solamente para pedirte perdón y decirte que te extraño y quiero volver a estar con vos... Te espero el sábado... En nuestro lugar de siempre... Así hablamos... Como antes... Más que antes... Te quiero mucho... Mariana.”

Dobló prolijamente la carta.
La dejó sobre el escritorio y fue hasta su habitación.
Abrió el placard.
Tomó entre sus manos la querida bandera.
La besó una vez más.


Sábado por la tarde. La calle estaba llena de gente que paseaba mirando vidrieras.
Dentro de la confitería una mujer muy bella tomaba una gaseosa y miraba ansiosamente su reloj.
A cada rato miraba hacia la puerta con impaciencia, con ganas de ver cruzar la puerta al ser amado.

Un chico con un paquete en la mano se le acercó.
- Es usted la señorita Mariana?
- Si. Soy yo.
- Esto es para usted...
- Pero... Quien lo envía?...
- Me lo dio un señor, en la esquina...

La mujer abrió el paquete y sus ojos se llenaron de lagrimas.
Adentro prolijamente doblada había una ajada y desteñida bandera...
Y un papel rosa que decía, simplemente:
“El tiempo dirá...”

domingo, mayo 11, 2008

Homenaje en vida.

Hoy, domingo 11 de mayo, dio inicio un nuevo torneo de la Liga Pehuajense de Futbol, de la cual tendré a cargo la pagina web.
Este proyecto se inicio en noviembre del año pasado, luego de hablarlo con los dirigentes de la liga, y hoy en día ya es una realidad, pese a que estamos en etapa de inicio... es decir todavía falta completarla.
Pero, la noticia es que empezó el fútbol en Pehuajó.
Este año, el torneo llevara la denominación "Fernando 'Baby' Bethouart", en homenaje a uno de los periodistas deportivos y relatores mas emblemáticos de la ciudad.
El Baby es un tipo que se ha ganado el cariño y respeto de colegas y deportistas, por tener un amplio conocimiento de los deportes y por su objetividad a la hora del análisis.
Ha relatado carreras de automóviles, peleas de boxeo y, por supuesto, fútbol.
Se dio el lujo de ser el primer relator pehuajense invitado a relatar un partido de Boca Juniors desde la misma Bombonera, algo que en Pehuajó se vivió de manera muy especial.
En pocas palabras, merecido homenaje.
Y, lo mas importante, homenaje en vida.
Personalmente, mi agradecimiento al Baby por ser el primero que me llevo a una radio en el momento que me metí en la aventura de realizar la primera pagina de un club pehuajense: Deportivo Argentino, y por ser el que me permitió estar en su cabina y comentar, por primera vez en mi vida, un partido de fútbol.

Dirigentes de Deportivo Argentino homenajean al Baby

Hombre de miles de anécdotas, y gran conocimiento, hoy recibió de parte de la Liga Pehuajense y del club anfitrión, Deportivo, sendas plaquetas como reconocimiento a su trayectoria.
Desde este humilde blog, nuestro homenaje.
Luego se jugó el clásico pehuajense, Deportivo - Estudiantes, pero eso ya es materia de otro blog.
Ya que estamos, ganó el Depo.

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